El otro día leía acerca del porcentaje de satisfacción/insatisfacción de la gente en su trabajo y los números son terroríficos. Según Gallup, el 88% de los mexicanos no es feliz en su empleo y de este porcentaje el 28% no solo no está descontento si no que odia lo que hace, si las empresas no hacen algo para cambiar ese número de insatisfechos empezaran a ver el principio de su fin , en la actualidad la experiencia que se les de a los clientes comienza a ser el mayor diferenciador y generador de preferencia y lealtad y si tenemos empleados infelices no podemos pensar en clientes satisfechos. Cuando vemos a nuestros colaboradores solo como un número sin humanizarlos y velar por su felicidad no solo estamos siendo egoístas estamos cavando poco a poco nuestra tumba. Nuestra prioridad debe ser siempre velar por el bienestar y pro el bien común, si lo hacemos cultivamos semillas de felicidad que una vez germinadas, se convierten en empleados contentos con gusto, amor y ganas de hacer de su trabajo algo que genere valor y vaya más allá de las expectativas, de ahí parte nuestra cadena de felicidad. Es responsabilidad de los lideres ser el principal eslabón de esa cadena, que puede acrecentarse hacia la felicidad o infelicidad depende de nosotros el rumbo al que la dirijamos.